El gris y templado crepúsculo de otoño
ha descendido sobre la casa vacía,
hay un aire cálido y sereno,
reminiscencias del pasado verano.
Estoy tratando de escribir,
lo he intentado toda la tarde,
no nace nada muy interesante,
no tengo repertorio ni palabras.
La luna luce todo su esplendor,
un doble halo la circunda,
a ratos se esconde tras las nubes
que pasan por delante de ella.
He envejecido, los años que hacen
el tiempo se van esfumando,
hay cansancio y notable pereza,
el alma está seca y vacía.
He caminado bastante por calles
y campos del mundo, me reconfortan
esos ecos del pasado lleno de experiencias
que dieron luz y sentido a mi vida.
Hoy miro con indiferencia mi entorno,
a aquellos que critican mis observaciones
los veo lejanos, inmersos en sus angustias,
sumidos en sus negros presentimientos.
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