hay quejumbre de huesos
desde los pies a los sesos,
tranco lento y fatigado.
El ánimo va por los suelos,
el tiempo va dejando huella
y el trajín ha hecho mella,
el alma ya está para duelos
en la paz del camposanto,
en la oscuridad y el olvido
de la soledad del silencio;
alma en pena y quebranto,
ni un lamento ni un gemido,
la vida está pagando su precio.
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