miércoles, 5 de octubre de 2016

CONFESIONES



Si bien tuve una educación tradicional, como se estilaba el siglo pasado, con valores de familia y religiosos, confieso que no fui muy apegado a los estudios. Había ramos que me resultaban insoportables, fastidiosos y tediosos, inentendibles, como las Matemáticas (Álgebra), la Física, y la Química.

Me gustaba leer. Desde chico tuve alguna afición por libros y revistas. Primero unas novelas policiales, de cowboys, de guerra baratas. Después surgió interés por los típicos libros de los primeros años escolares: Papelucho, Corazón, El Principito, Tom Swayer que nos hacían leer en el colegio.

Una época que estaba constituída por otro tipo de inquietudes, más sanas diría yo, como el deporte escolar, el cine (vi mucho), paseos, jugar a la pelota en plazas y parques, los patines y la bicicleta en el barrio. No había televisión, sí variada programación radial con interesantes programas de cultura, entretenimiento y música.

Obviamente la lectura era de suma importancia, para entretenerse aprendiendo. La Gramática era muy interesante, estudio obligado de la Lengua Castellana que a muchos no les iba bien, pero a mí me hacía ilusión. Tenía buena redacción y ortografía. Leer los primeros volúmenes de historia, las obras de Blest Gana (leí todos sus libros), Baldomero Lillo, Oscar Castro, Manuel Rojas, Luis Durand, Francisco Coloane y tantos otros.

Mención aparte obras de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Joaquín Edwards Bello. Quizás ello me incentivó a intentar escribir poesía, y variados temas en artículos para la prensa (Más de cien artículos, solo, sobre España). No he leído mucho, ya sea por falta de tiempo, o por la escasez pecuniaria para adquirir libros. Pero fui asiduo ratón de bibliotecas, especialmente en tiempos de cesantía laboral.

Lo que no me ha dado la escuela, me lo ha dado la vida, el contacto con la gente, los viajes y los libros. No puedo dejar de mencionar a Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Vicente Blasco Ibañez, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Miguel Hernández. Los rusos Nikolái Gogol, Leon Tolstoi, Antón Chéjov, Fiódor Dostoyevski y Máximo Gorki. Oscar Wilde y tantos otros autores, de diferentes nacionalidades, imposibles de enumerar en unas cuantas líneas.

En las penumbras de la vida, cuando los ánimos ya están cansados, y el cuerpo va pidiendo paz, gracias a los nuevos tiempos y tecnología, he podido realizar mis sueño de publicar en mi Blog algunas cosas escritas en amarillentas cuartillas. Además de leer, gratis, gracias a Pdf.




Realmente soy un pobre mendigo de la escritura y literatura, pero confieso que he leido de todo un poco, y un poco de todo. "Lo que Natura no da, Salamanca no lo presta"

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