Es tiempo de nostalgias,
ecos del ayer, ella era mía
con su juventud y fantasía
de ilusiones, sueños y magias.
Azul como sus ojos
es el cielo que contemplo
en primavera, tiemblo,
y a sus pies caería de hinojos;
nunca más he vivido
un amor tan intenso
como el que confesamos,
ni jamás ha existido
un cariño tan inmenso.
Con esa historia moriremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario