sábado, 11 de marzo de 2017

TIEMPO

                                                           La vida y el tiempo


El hombre vive apurando el tiempo, como si sobrara, como si tuviera mucho. Apura la vida, pensando en el futuro. Añora la primavera, el verano, el ocio de las vacaciones. Siempre poniendo la carreta ante los bueyes. Si contamos los años de vida, si vemos lo que hemos realizado, nos daremos cuenta cuan pocos han sido y lo poco que nos queda.

No porque algunos peinen canas, tengan arrugas y anden a paso lento, significa que vivió mucho, duró mucho que no es lo mismo. Si pasó el tiempo pensando en el mañana, no haciendo nada para sí, viviendo cada día como si fuera el último; sin pensar ni temerle al futuro, quiere decir que perdió su vida inútilmente.

Los años no regresan, nadie restituye los que pasaron. La edad avanza, sigue su camino calladamente, sin detenerse ni advertir que el tiempo tiene su velocidad. Desde el primer día de vida, comienza a funcionar el cronómetro del tiempo, que seguirá corriendo sin desvíos ni detenciones. La vida corre a prisa, solo la muerte la detiene y hay que rendirse a ella.

Por vivir haciendo planes, pendientes del mañana, perdemos el hoy, que es la mayor pérdida de vida. El mejor día de vida, es aquel que mejor uso hacemos de él, para utilidad nuestra. No intuimos el futuro, es incierto; por tanto, hay que vivir el presente que es un perpetuo ahora. Aquel que no disipó su vida ni fue víctima de flaquezas, nada perdió, nada fue vacío. Cuando llegue el fin no vacilará en ir al encuentro de la muerte con la frente en alto.

"La vida fue, es y será"

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