domingo, 9 de abril de 2017

PIENSO, LUEGO SOY

                                                                Ser o no ser

He andado muchos senderos en esta viña terrestre, nada es fácil ni perfecto en los surcos del camino. Siempre tuve temor al ridículo, angustia de sentirme incapaz. Temor de no saber y ser rechazado por los demás. No he sido muy exitoso, y no es algo que me preocupe. Ni premios ni castigos me complican la existencia.

Solo quiero ser, realizar lo que nace en el alma. Hacer cosas que tengan sentido, dejar un legado, una enseñanza. Una invitación a crecer a través de la cultura, las artes, la lectura, que es el camino para ser mejores individuos. Sin prisas ni demasiado despacio alcanzaremos la meta propuesta. Si actuamos con criterio podremos encontrar nuestro destino.

¿Cómo lograr lo que anhelamos? Rompiendo los viejos esquemas que, por inservibles, no tienen beneficio alguno. La sabiduria se logra en nuestro interior, con la experiencia. Erradicando la pobreza intelectual, orientando nuestro camino a la liberación de dogmas. A no aceptar lo contradictorio a la razón ni lo que es contrario a la ciencia y al sentido común.

El subdesarrollo intelectual de los países equivale al complejo de inferioridad en las personas. Hay que aprender a pensar y expresar los propios sentimientos. No hay que decaer ante el fracaso mi sentirnos estigmatizados. Hay que combatir la ignorancia a través de la lectura, que los libros son el mejor antídoto a los males del hombre.

No me parece que el éxito radique exclusivamente en adquirir un alto estándard de vida, en el patrimonio, por lo que el rédito económico es imprescindible. La felicidad o la infelicidad no es la suma del patrimonio que alcanzamos, ni el disfrute de un éxito social. La felicidad se mide por la libertad que nos da el conocimiento. Ese es un valor a tener en cuenta.

El dinero uno no se lo lleva a la tumba, en cambio el conocimiento se va con uno. Todos tenemos sueños, pero aunque estos parezcan reales, sueños son. Actuemos con convicción y sabiduría. En el ocaso de la existencia, cuando el tiempo se va de las manos: Leo y pienso ¡Se que he vivido!

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