Su rostro marchito
y su cutis ajado,
aún conserva la gracia
de su lejana juventud.
Suave y excelsa amiga
dotada de gran belleza,
fascinante como persona
debido a su bonhomía.
Un hechizo permanente,
fue el deleite de muchos
con su encantadora sonrisa,
que parecía no tener fin.
Era un placer admirarla,
la sal de su imagen,
y la virtud de su ternura
fue lo que nos conquistó.
¡Por siempre única!
No hay comentarios:
Publicar un comentario