fresca como la hierba,
clara como manantial
de aguas cristalinas.
Genio y figura
de hablar pausado
y melodioso, su voz,
caricia y seducción.
No quedé ajeno
a la luz de sus ojos,
cautivante mirada
que sedujo mi alma.
Era como un sol
de primavera, ilusión
de ese primer amor
que marcó mi juventud.
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