Arde un beso en su boca
cuando en ellos bebo
savia ardiente que provoca
mareos, como el vino al efebo.
Noche galante y luminosa,
con la novel amante
de fuego y labios de rosa,
en tálamo secreto y distante.
Amable nido de placer
donde me entrega su encanto,
nuevo y celeste querer
inspirador de amor y canto.
Sus aromas y quejas eran mías,
susurros dulces y tiernos,
pasión de otoñales días,
bello recuerdo, amor eterno.
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