Una tarde apasionada,
ella tierna y perfumada,
sin aliento y sonrojada,
en mis brazos rendida
duerme la vestal amada.
Su cabellera blonda
suaviza su espalda,
y en su cuerpo anida
una pasión encendida.
Su ausencia, una herida
en la memoria prendida,
no esta en el lecho tendida
donde fue deshojada ...
mi bella enamorada.
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