El viento de la montaña
baja cargado de nubes
a la llanura; con saña
cubre todo bajo sus redes.
Eolo estremece los árboles
con su furia sagrada,
el cielo pintado de arreboles
suaviza la mirada.
Gime natura, bella armonía
entre la tierra y los bosques,
entre la noche y el día,
en otoño, como tantas veces.
La fuerza del viento
quita el aliento,
una ráfaga pone el acento
al ritmo de su canto.
Truena el tiempo, rayos
y relámpagos se dejan sentir,
otoño de abriles y mayos,
la lluvia ya ha de venir.
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