Estoy cansado de las cosas,
cansado del desamor, de la gente.
Hastiado de la sociedad,
corte de crédulos impensantes.
Cansado de promesas políticas,
de bellos mitos religiosos,
de la mentira, de la hipocresía,
de la mala fortuna de los infortunados.
Palabras, promesas, buenos deseos
que jamás se concretan, cuentos
de nunca acabar, solo humo
populista que se lleva el viento.
Los imperios son implacables,
los hombres son esclavos vacíos,
abandonados a su mísera suerte,
es la impotencia ante el poder.
Ante el abuso nadie se rebela,
todo se aguanta, las cadenas
lo mantienen esclavizado ...
¡No se si vale la pena vivir!
Abajo la corrupción,
abajo el abuso del devorador,
despertemos del letargo
y recuperemos nuestra libertad.
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