Bajo el cielo gris
el mar levanta sus olas,
el viento las lleva a la orilla
donde acariciarán la arena.
Día sombrío bajo las nubes,
la playa está solitaria,
en paz, como desterrada,
durmiendo una larga siesta.
Así como el agua
que siempre viene y va,
así también es el amor,
que surge, ama y huye.
En las arenas solitarias
pienso su nombre ...
viviendo una eterna espera
entre sueños y recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario