En las elecciones presidenciales de 1964, triunfó Eduardo Frei Montalva con el 56.09 % de los votos, en segundo lugar llegó Salvador Allende Gossens con el 38.9 % de votos, y en tercer lugar Julio Duran Newman con un magro 4.98 %.
Fue una campaña reñida, por las opciones que los candidatos representaban. Frei con su Revolución en Libertad. Allende con la propuesta de reformas radicales, dejar atrás el capitalismo e iniciar una transición pacífica al socialismo. Finalmente Durán con postulados más conservadores, como una continuación del gobierno de Alessandri y abiertamente anticomunista.
Pero un hecho cambió el rumbo de la elección: En Curicó falleció el diputado socialista Oscar Naranjo Jara, en una elección complementaria los partidos iban a medir sus fuerzas. Sorpresivamente para la derecha, ganó Oscar Naranjo Arias, hijo del fallecido diputado, obtuvo un 39.7 % de los votos, seguido por el candidato del Frente Democrático de derecha, con un 33%, y el candidato de la DC con un 27.4 %. Fue el famoso Naranjazo, que cambió la suerte de la historia.
La derecha se escandalizó, ante el temor que Allende ganara. Se inició una campaña del terror. Durán, que había renunciado, retoma la carrera para permitir que ganara el mal menor (Frei) y no dar opción que Allende llegara a la Moneda. Durán pronosticaba que si ganaba la izquierda por las calles correrían cuajarones se sangre, que vendrían tanques rusos. Otros auguraban la penas del infierno, que los comunistas se comerían a las guaguas, y que el socialismo traería una dictadura. Entre las organizaciones que participaron en esta campaña del terror en favor de Frei estaba: la Acción mujeres de Chile, y Chile Libre.
Las encuestas de la época daban a Frei un 68.4 %, a Allende un 25.4 % y a Durán un 6.4 %. Finalmente el 4 de septiembre de 1964, Frei obtuvo el primer lugar.
Curiosamente, cuando Allende gana en 1970, pese a las campañas del terror, en Santiago no hubo tanques soviéticos, persecuciones políticas, asesinatos masivos, detenidos desaparecidos, ni por las calles hubo ríos de sangre. ¡Eso vino después del Golpe Militar, con la dictadura de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte!
¡A César lo que es de César!
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