domingo, 30 de diciembre de 2018

SE VA LA VIDA


Se va la vida, se va y no vuelve. Solo quedan retazos de recuerdos, desperdigados en el alma, en la memoria personal, sueños de libertad y prosperidad que ha costado conseguir, cuando ya creemos que todo está bien, que la suerte nos sonríe, aparecen negros nubarrones de un mal presagio.

Hace unos meses tenía la buena noticia que mi compañera se recuperaba de un cáncer, exámenes así lo indicaban, era también la opinión de los médicos. Era un alivio, terminar con una pesadilla que nos había tomado un año de preocupaciones.

Me sentía bien, estaba sano, un poco pasado de peso (98 Kgs.), pero trabajando, haciendo mis ritos habituales: leer, investigar y escribir. El eterno periodista y escritor frustrado, que dedicaba su tiempo a recuperar el tiempo perdido por no haber estudiado.

Una visita al médico para un chequeo, unos exámenes habituales que detectaron una diabetes mellitus 2. Una acuciosa revisión que me envió a realizarme una radiografía a pulmones y bronquios, y una ecotomografía abdominal. La primera detectó un tumor al pulmón; la segunda un problema en el hígado, bazo y aorta calcificada. Había bajado 18 kilos de peso, en menos de cuatro meses.

La felicidad de la mejoría de mi esposa, se empañaba porque mi salud, que creía buena, estaba muy deteriorada. Debo realizarme varios exámenes: dos TAC, abdominal y bronquio-pulmonar, y un contraste. Interconsulta en Hospital, esperar que me llamen y ver el camino a seguir que, personalmente, lo veo poco halagüeño. Se va la vida, cuando uno menos lo piensa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario