Existe la creencia de que el individuo posee una naturaleza indivisible, inmutable y sagrada, que reside en cada uno de ellos. La inmortalidad del alma es una idea griega, elaborada por Platón. La gente sigue creyendo esta idea, pese a que en los últimos 200 años la ciencia ha socavado totalmente esa creencia.
Los científicos estudiosos del organismo humano no han encontrado evidencia alguna del alma que se habla. La Biblia nos enseña desde Génesis y hasta Apocalípsis, que el alma es el cuerpo, el ser viviente, la materia corruptible. El hombre, al igual que las aves y los animales, son almas vivientes.
El alma en el Antiguo Testamento no significa una parte del hombre, sino todo el hombre, el hombre como ser viviente. Se manera similar en el Nuevo Testamento significa la vida humana (Nueva Enciclopedia Católica, 1967, tomo XIII, página 467). (Leer, además, páginas 449 a 450 y 452 a 454).
"El hombre es el Alma, el Alma es el hombre".
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