miércoles, 13 de febrero de 2019

ALLENDE: Y EL DRAMA DEL 11

                                     Salvador Allende Gossens (1908-1973)


El presidente Allende siempre tuvo cercanía y una relación de honor con los pobres, fue el hombre del pueblo. Un político consecuente, demócrata, honesto e idealista. Contrario a tomar el poder por la vía armada. No instaló una dictadura marxista en la Moneda, los tres poderes del Estado funcionaron independientemente. Fue un gobierno democrático, en que se realizaron varias elecciones y no suprimió las libertades.

Allende postuló por primera vez a la presidencia en 1952, obteniendo el 5.44 % de los votos. En 1958 postula por segunda vez, consiguiendo el segundo lugar con un 28.91 % de la votación. En 1964 compite por tercera vez, vuelve a salir segundo, con el 38.92 % de los votos. La CIA financió la campaña de Frei con 2.6 millones de dólares, y gastó US$ tres millones en propaganda anti-allendista.

 En 1970 Allende gana las elecciones con un 36.6 % de los votos. La derecha se desmorona, siente miedo al gobierno socialista y muchos se van del país. En cambio los allendistas, y varios demócratas cristianos partidarios de Tomic, salen a las calles ordenadamente a festejar y expresar su alegría. El Congreso ratifica a Allende como presidente con 153 votos a su favor, 35 votos a favor de Alessandri y 7 votos en blanco.

La derecha, con la ayuda de EEUU, siguió conspirando contra el gobierno de la Unidad Popular. Y contando con el servilismo de las FFAA, que pagadas por todos los chilenos para protegerlos y cuidar la soberanía, se volvieron contra el pueblo asesinando, masacrando, torturando y haciendo desaparecer gente. Nada nuevo bajo el sol. Los uniformados siempre han actuado como una élite criminal, al servicio del poder económico de la derecha.

Una suerte de SS, policías subordinadas a los patrones de fundo, de un Chile feudal desde la Colonia. No olvidemos la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, el Seguro Obrero, los caídos en Puerto Montt, los quemados en Punta Arenas, los muertos de El Salvador y tantas otras.

El 11 de septiembre fue un drama para todos los chilenos. Un presidente que defendió su cargo, e inmoló su vida por la democracia, dando un gran ejemplo de consecuencia y vida democrática, que ha quedado grabada en la historia y en los corazones de su pueblo. Los horrores de la dictadura de Pinochet, que vinieron después, es una negra historia de fraudes, enriquecimiento ilícito del dictador y privatizaciones, por unos pocos, de las riquezas naturales de nuestro país.

¡Allende vive!

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