Ignacio Zuloaga nace en Éibar, España el 26 de julio de 1870, fallece en Madrid el 31 de octubre de 1945. Destacado pintor de escenas costumbristas y retratos, de estilo naturalista de recio dibujo y oscuro colorido, influido por Goya y Ribera, en oposición al estilo luminoso y optimista de Sorolla.
Condesa de Noailles
De su padre recibe la primera formación, posteriormente la complementa en Italia y en París donde se relaciona con Degas, Gauguin y Puvis de Chavannes. Su vida se caracterizó por frecuentes cambios de residencia, que lo llevó a vivir en París, Segovia, Andalucía y Madrid. Fascinado por la imaginería popular: tauromaquia, bailarinas de flamenco, más tarde se dedicó a diversos temas y escenas de la vida cotidiana, festivas y religiosas, que plasmó con una paleta oscura, realismo y gran sentido dramático.
El Cristo de la sangre
Expuso en numerosas ciudades europeas, en Nueva York y en Buenos Aires, lo que le dio resonancia internacional. Pintó retratos de Falla, Marañon y Unamuno, y hermosos cuadros de paisajes. En su mano se aprecia influencia de El Greco, Goya y Velázquez, como puede observarse en el cuadro El enano Gregorio que se inspira en los maestros del Siglo XVII.
El enano Gregorio
Su pintura es la más discutida por la crudeza de su realismo. Fue aficionado a los toros, tema que representó en sus cuadros, llegando a salir al ruedo en alguna ocasión.
Torerillos de pueblo
De su padre recibe la primera formación, posteriormente la complementa en Italia y en París donde se relaciona con Degas, Gauguin y Puvis de Chavannes. Su vida se caracterizó por frecuentes cambios de residencia, que lo llevó a vivir en París, Segovia, Andalucía y Madrid. Fascinado por la imaginería popular: tauromaquia, bailarinas de flamenco, más tarde se dedicó a diversos temas y escenas de la vida cotidiana, festivas y religiosas, que plasmó con una paleta oscura, realismo y gran sentido dramático.
Expuso en numerosas ciudades europeas, en Nueva York y en Buenos Aires, lo que le dio resonancia internacional. Pintó retratos de Falla, Marañon y Unamuno, y hermosos cuadros de paisajes. En su mano se aprecia influencia de El Greco, Goya y Velázquez, como puede observarse en el cuadro El enano Gregorio que se inspira en los maestros del Siglo XVII.
Su pintura es la más discutida por la crudeza de su realismo. Fue aficionado a los toros, tema que representó en sus cuadros, llegando a salir al ruedo en alguna ocasión.
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