Contigo en el alma
aprendí a querer ...
como se quiere de verdad
a la mujer amada.
Secretamente te amé
y ya te conocía cuando
llegue a vuestra familia,
pero ambos no éramos libres.
Prisioneros de otros amores,
solo podíamos soñar el amor
cuando estábamos juntos,
esas tardes de ternura infinita.
El destino y los caminos
nos llevaron a otros mundos,
en el que ya todos estaba
perdido, fue nuestro adiós.
Separación que hasta hoy
duele, porque haces falta
en mi vida, que la quería
vivir junto a ti, muy dentro de ti.
En un rincón de mi alma
duerme tu bello nombre.
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