Eolo, su paternidad se atribuye a Hípotes, que, según cuenta Diodoro Sículo en su Biblioteca histórica, era hijo de Mimante, uno de los hijos de Eolo Helénida. En la mitología se habla de tres Eolos: Eolo el hijo de Helén y de la náyade Orséis: está Eolo el hijo de Poseidón y Arne. Pero es a Eolo, el hijo de Hípotes a quien conocemos como el rey de los vientos.
En la obra de Díodoro, se narra como, al llegar al llegar a la isla de Lípara, donde reinaba el rey Líparo, ayudó a este a apoderarse de la zona de Sirrento y se casó con Ciane, la hija del rey y se convirtió en rey de la isla. Era piadoso, justo y amable con los extranjeros, enseñó a los navegantes el manejo de las velas y se dijo que era capaz de predecir los vientos.
Según la Odisea, este Eolo, Señor de los Vientos, vivía en la isla flotante de Eolia con sus seis hijas y sus seis hijos, que se habían casado entre si. Zeus le había dado el poder de controlar los vientos. Eolo los tenía encerrados y los gobernaba con un dominio absoluto, apresándolos o liberándolos a su antojo. Trató de ayudar a Odiseo, que lo visitó al retornar a Ítaca. Eolo lo trató muy bien y le dio un viento favorable, además de un odre que contenía todos los vientos y que debía ser utilizado con cuidado. Sin embargo, la tripulaciòn de Odiseo creyó que la bolsa contenía oro la abrió, provocando grandes tempestades. La nave terminó regresando a las costas de Eolia, pero Eolo se negó a ayudarlos de nuevo.
Eolo es representado empuñando un cetro como símbolo de su autoridad, y rodeado de turbulentos remolinos, los Vientos, cada uno de ellos era un rey. En la Eneida, Juno le ofrece a la ninfa Deyopea como esposa a cambio de mandar los vientos a la flota de Eneas para impedir que desembarcarse en Italia.
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