Nabucco es una tragedia lírica en cuatro partes: Jerusalén, El impío, La profecía y El ídolo, con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera, basada en el Antiguo Testamento y la obra Nabucodonosor de Anicète Burgeois y Francis Cornue. Fue estrenada el 9 de marzo de 1842 en la Scala de Milán, con Giuseppina Strepponi en el papel de Abigaille.
Fue compuesta en un período difícil de Verdi, su esposa y dos pequeños hijos habían muerto poco tiempo antes y Verdi estaba decidido a no volver a componer. El libreto de Nabucco llegó a sus manos casi por casualidad. La obra cautivó a toda Italia, la cantante Giuseppina Strepponi que interpretó a Abigaille, se convertiría tiempo después en esposa de Verdi.
Fue el primer éxito importante del compositor y con ella se inician los llamados años de galera, en los que compuso a un ritmo frenético: diecisiete óperas en doce años. Éxito que se debe a las cualidades musicales, y a la asociación que hacía el público entre la historia del pueblo judío y el nacionalismo y las ambiciones nacionalistas de la época. Uno de los símbolos que se utilizó fue el coro Va, pensiero, del tercer acto uno de los pasajes más representativos de la época.
Primer acto Jerusalén: Nabucco entra en Jersusalén, La presencia de una rehén, Fenena, hija menor de Nabucco, puede asegurar la paz. Zaccaria confía la seguridad de Fenena a Ismaele, ellos se aman y cuando quedan solos Ismaele le urge a ella que escape antes de arriesgar su vida. Abigaille, entra al templo con soldados disfrazados, ella también ama a Ismaele. Al descubrir a los amantes, amenaza a Ismaele de acusarlo de traición. Entra Nabucco, Zaccaria lo desafía, amenazando con matar a Fenena con una daga, Ismaele interviene para salvarla. Nabucco responde ordenando la destrucción del templo, y los judíos maldicen a Ismaele como un traidor.
Segundo acto El impío: Abigaille descubre un documento que prueba que ella no es auténtica hija de Nabucco, sino una esclava. El Sumo Sacerdote de Baal, lanza un golpe para poner a Abigaille en el trono y extiende el rumor que Nabucco ha muerto en la batalla.
Zaccaria espera a Fenena, ella se convierte a la religión judía, e Ismaele se reconcilia con los judíos. Sin embargo, se anuncia que el rey ha muerto y Abigaille y el Sumo Sacerdote de Baal exigen la corona a Fenena. Entra Nabucco, enfadado con ambos lados, tanto con Baal como con el dios hebreo que él ha derrotado, y se declara sí mismo Dios. Cuando Zaccaria se queja, Nabucco ordena que maten a los judíos. Fenena dice que quiere compartir la misma suerte. Nabucco repite que el es ahora Dios, y es fulminado por un rayo, perdiendo los sentidos.
Tercer acto La profecía: El Sumo Sacerdote de Baal presenta a Abigaille el decreto de muerte contra los judíos y Fenena. Nabucco entra enloquecido, reclamando su trono. Abigaille le convence para sellar el decreto, pero él le pide salvar a Fenena, le dice a Abigaille que ella no es su hija sino una esclava. Ella se burla de él, destruyendo el documento con la evidencia de sus verdaderos orígenes. Entendiendo que ahora él es un prisionero ruega por la vida de Fenena.
Los judíos añoran su tierra natal. Zaccaria los exhorta a tener fe: Dios destruirá Babilonia.
Cuarto acto El ídolo: Nabucco se despierta, ha recobrado completamente su razón y su fuerza. ve que llevan a Fenena encadenada a la muerte. Pide perdón al Dios de los judíos, y promete reconstruir el templo de Jerusalén y seguir la fe verdadera.
Conforme Zaccaria libera a Abigaille y los judíos de la muerte en el altar de los sacrificios de Baal, Nabucco entra con la espada en la mano. A una palabra suya, el ídolo de Baal se rompe en pedazos. Libera a los judíos y asegura que construirá un nuevo templo a su Dios. Entra Abigaille, que se ha envenenado y expresa su remordimiento, pidiendo el perdón de Fenena y muere. Zaccaria aclama a Nabucco como el servidor de Dios y rey de reyes.
El éxito de la ópera perdura hasta hoy día, aunque no se representa tanto como otras óperas de Verdi, se encuentra entre las más representadas del repertorio operístico mundial, encontrándose en el lugar 17 de las estadísticas del Óperabase. Ha sido una obra permanente de la Metropolitan Opera desde que se presentó allí por primera vez durante la temporada 1960/67.
Primer acto Jerusalén: Nabucco entra en Jersusalén, La presencia de una rehén, Fenena, hija menor de Nabucco, puede asegurar la paz. Zaccaria confía la seguridad de Fenena a Ismaele, ellos se aman y cuando quedan solos Ismaele le urge a ella que escape antes de arriesgar su vida. Abigaille, entra al templo con soldados disfrazados, ella también ama a Ismaele. Al descubrir a los amantes, amenaza a Ismaele de acusarlo de traición. Entra Nabucco, Zaccaria lo desafía, amenazando con matar a Fenena con una daga, Ismaele interviene para salvarla. Nabucco responde ordenando la destrucción del templo, y los judíos maldicen a Ismaele como un traidor.
Segundo acto El impío: Abigaille descubre un documento que prueba que ella no es auténtica hija de Nabucco, sino una esclava. El Sumo Sacerdote de Baal, lanza un golpe para poner a Abigaille en el trono y extiende el rumor que Nabucco ha muerto en la batalla.
Zaccaria espera a Fenena, ella se convierte a la religión judía, e Ismaele se reconcilia con los judíos. Sin embargo, se anuncia que el rey ha muerto y Abigaille y el Sumo Sacerdote de Baal exigen la corona a Fenena. Entra Nabucco, enfadado con ambos lados, tanto con Baal como con el dios hebreo que él ha derrotado, y se declara sí mismo Dios. Cuando Zaccaria se queja, Nabucco ordena que maten a los judíos. Fenena dice que quiere compartir la misma suerte. Nabucco repite que el es ahora Dios, y es fulminado por un rayo, perdiendo los sentidos.
Tercer acto La profecía: El Sumo Sacerdote de Baal presenta a Abigaille el decreto de muerte contra los judíos y Fenena. Nabucco entra enloquecido, reclamando su trono. Abigaille le convence para sellar el decreto, pero él le pide salvar a Fenena, le dice a Abigaille que ella no es su hija sino una esclava. Ella se burla de él, destruyendo el documento con la evidencia de sus verdaderos orígenes. Entendiendo que ahora él es un prisionero ruega por la vida de Fenena.
Los judíos añoran su tierra natal. Zaccaria los exhorta a tener fe: Dios destruirá Babilonia.
Cuarto acto El ídolo: Nabucco se despierta, ha recobrado completamente su razón y su fuerza. ve que llevan a Fenena encadenada a la muerte. Pide perdón al Dios de los judíos, y promete reconstruir el templo de Jerusalén y seguir la fe verdadera.
Conforme Zaccaria libera a Abigaille y los judíos de la muerte en el altar de los sacrificios de Baal, Nabucco entra con la espada en la mano. A una palabra suya, el ídolo de Baal se rompe en pedazos. Libera a los judíos y asegura que construirá un nuevo templo a su Dios. Entra Abigaille, que se ha envenenado y expresa su remordimiento, pidiendo el perdón de Fenena y muere. Zaccaria aclama a Nabucco como el servidor de Dios y rey de reyes.
El éxito de la ópera perdura hasta hoy día, aunque no se representa tanto como otras óperas de Verdi, se encuentra entre las más representadas del repertorio operístico mundial, encontrándose en el lugar 17 de las estadísticas del Óperabase. Ha sido una obra permanente de la Metropolitan Opera desde que se presentó allí por primera vez durante la temporada 1960/67.
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