El Infierno: está considerado como una introducción a toda la obra, porque las tres partes de la Divina Comedia están presentes en el paisaje simbólico del primer canto. Dante se encuentra perdido en un bosque oscuro. Buscando orientación, decide subir una montaña, cuya cima iluminada por el sol representa el Purgatorio, mientras que el cielo y el sol representan el Cielo. Sin embargo, el camino de Dante está bloqueado por tres animales en al ladera de la montaña: un leopardo, un león y una loba, que representan los tres tipos de pecados que corresponden a las tres divisiones principales del infierno.
El espíritu de Virgilio aparece y promete llevar a Dante a la salvación por el largo camino: a través del infierno, el purgatorio y el cielo. Las dudas de Dante se disipan porque Virgilio ha sido enviado por tres señoras (la Vírgen María, Santa Lucía y Beatriz) que representa la combinación entre la razón humana con la gracia divina, demostrando que la salvación de Dante todavía puede alcanzarse. Después de entrar en el infierno en el tercer canto, Dante aprende a través de sus conversaciones con Virgilio y con otras almas individuales que cada pecado es castigado de acuerdo a su severidad, pasando sistemáticamente de los pecados más ligeros en los que el pecador cede a sus propios deseos a los pecados más severos cargados de violencia y fraude. El Infierno se presenta como una enorme cueva subterránea en forma de embudo, se extiende en círculos cada vez más pequeños y estrechos hasta el centro de la tierra. Allí, en el pozo del infierno, se sienta Satanás, atrapado para siempre y congelado en el hielo del lago Cocytus, eternamente masticando a los tres peores pecadores de la historia: Judas, Bruto y Casio.
El Purgatorio: pasando por delante de Satanás, Dante se dirige hacia la salvación. Sin embargo, todos los pecadores del infierno permanecerá allí para siempre para sufrir los horribles castigos que acarrean sus pecados. Así entra en el Purgatorio, donde las almas ya están salvadas y eventualmente irán al cielo porque confesaron sus pecados antes de la muerte. El estado de ánimo ha cambiado completamente: las almas no están atrapadas en un aislamiento eterno, sino que aprenden en grupos de los ejemplos de virtud y vicio que corresponden a su penitencia. El Purgatorio se presenta como un enorme montaña en forma de cono. El Purgatorio está organizado en siete anillos de acuerdo a los siete pecados capitales tradicionales: orgullo, envidia, ira, pereza, avaricia, glotonería y lujuria. En la cima de la montaña está el paraíso terrenal, El Jardín del Edén, hasta aquí puede acompañarle Virgilio, que tiene prohibida la entrada al paraíso, Por eso, a partir de ese punto, lo guiará Beatriz, el amor platónico de Dante.
EL Cielo: limpio de sus propios pecados, Dante se eleva hacia el Cielo. De acuerdo con la cosmovisión de Ptolomeo, el Cielo está organizado en esferas con la tierra en el centro. Dante identifica diez esferas que él relaciona con las llamadas cuatro virtudes paganas de fortaleza, justicia, templanza y prudencia en diversos grados (del primer al séptimo Cielo); las tres virtudes cristianas de fe, esperanza y caridad (octavo Cielo), el Primun Mobile (noveno Cielo, que mueve a todos los demás), y el Empyrean (décimo Cielo, fuera del tiempo y del espacio, donde Dios habita). El Empyrean como un estado de ser también contiene la Roca Celestial, donde todas las almas benditas residen. Las almas no residen en los cielos individuales donde Dante se encuentra con ellas, sino que las ponen allí para que pueda comprender más fácilmente su lugar en el orden divino. Las almas bienaventuradas del Cielo forman una comunidad verdadera, aunque estrictamente jerárquica, que existe con un sentimiento mutuo de amor y bienaventuranza, cargado de alegría y la paz de estar en el lugar apropiado en la creación de Dios. Dante evoca en imágenes de luz lo que está más allá de la experiencia humana, como el resplandor de las almas benditas y la visión de Dios de Dante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario