En el ocaso de la vida
lucho contra la adversidad,
mi tránsito ha dejado huella
en el cuerpo y en el alma.
Lucho contra el sistema,
con la absurda burocracia
que se vive intensamente,
buscando cupo de atención.
Según pasa el tiempo,
el deterioro es evidente
y progresivo, sin adecuada
solución, morir en el intento.
Exámenes y medicamentos
para mantenerse, esperando
el llamado de un especialista
que debe diagnosticar el mal
de los bronquios y pulmones.
Salud que escapa lenta
con el paso de los días,
cansado, no puedo curar
este mal crónico que no tiene
sanación. Una eterna lucha.
¡Cuanto duele la vida!
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