Noches de insomnio,
recuerdos de antaño,
de esa solitaria vida
de tristes ausencias.
De luces y sombras
era mi existencia,
hasta que te conocí y
aprendí a enamorarme.
Tú, solamente tú,
hizo posible que el sol
iluminara el entorno
oscuro de la soledad.
Días de besos, caricias
y de secretas pasiones
en tálamo de orquídeas
y sedas de oriente.
Amor que no se olvida
y permanece inalterable
en el alma triste y dormida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario