La Razón es la facultad del ser humano de pensar, reflexionar para llegar a una conclusión o formar juicios de una determinada situación o cosa. La palabra razón proviene del latín ratio, rationis que significa "cálculo, razón o racionamiento.
La razón como principio del conocimiento conceptual, que supera el conocimiento de la experiencia, como fenómeno opuesto a intelectual fue considerado fundamental en el pensamiento de los griegos, que consideraron esta cualidad como propiedad específica del alma humana, permitiendo así el lenguaje y el intercambio entre los hombres convirtiendo la argumentación, la discusión y el diálogo en las acciones necesarias para el desarrollo intelectual, la búsqueda del conocimiento, y el establecimiento de relaciones políticas.
El logos o razonamiento es considerado no como un instrumento, sino como una realidad que se impone a la mente y la arrastra. El razonamiento es un sentido, una realidad autónoma, superior al que razona, el cual solo mediante el razonamiento se pone en contacto con un mundo más alto. Sócrates siente que posee en su interior una fuente de revelación, una llave, que le abre las puertas de un mundo superior donde las cosas ya no son medianas, como el mundo de la realidad. Ya que lo que esta revelación nos entrega es la verdad misma, la verdad única, que se opone terminantemente a la verdad múltiple, personal y caprichosa de los sofistas, y también a la realidad fluyente de Heráclito.
Sócrates
No es fácil comprender el asombro, el entusiasmo, el deslumbramiento que en las gentes del siglo V a.C. despertaba el uso de la razón. En ese entonces, conversar con Sócrates era como asistir a una fiesta o fantasmagoría, a un teatro extraordinario que nunca había sido contemplado hasta entonces por el ser humano.
Según Immanuel Kant, en un sentido general, la razón es la facultad formuladora de principios en contraposición a el concepto entendimiento. El filósofo distingue entre Razón Teórica y Razón Práctica no tratándose éstas de dos razones distintas, sino de dos usos distintos de la misma y única razón. Cuando dichos principios se refieren a la realidad de las cosas, es decir, si usamos la Razón para el conocimiento de la realidad, estamos ante el uso teórico de la Razón. Cuando dichos principios tienen como fin la dirección de la conducta, le estamos dando a la Razón un uso práctico. En su uso teórico la Razón genera juicios y en su uso práctico imperativos o mandatos.
Immanuel Kant
En un sentido más restringido y en el contexto de la "Crítica de la Razón Pura", la razón es la facultad de las argumentaciones, la facultad que nos permite fundamentar unos juicios en otros, y que junto con la sensibilidad y el entendimiento componen las tres facultades cognoscitivas principales que Kant estudió. Marcando la proporcionalidad de las ideas de Aristóteles con las ideas del razonamiento expuesto por Kant, se podría inferir un uso de la razón lógica en aquellos procesos de conocimiento.
Sócrates
No es fácil comprender el asombro, el entusiasmo, el deslumbramiento que en las gentes del siglo V a.C. despertaba el uso de la razón. En ese entonces, conversar con Sócrates era como asistir a una fiesta o fantasmagoría, a un teatro extraordinario que nunca había sido contemplado hasta entonces por el ser humano.
Según Immanuel Kant, en un sentido general, la razón es la facultad formuladora de principios en contraposición a el concepto entendimiento. El filósofo distingue entre Razón Teórica y Razón Práctica no tratándose éstas de dos razones distintas, sino de dos usos distintos de la misma y única razón. Cuando dichos principios se refieren a la realidad de las cosas, es decir, si usamos la Razón para el conocimiento de la realidad, estamos ante el uso teórico de la Razón. Cuando dichos principios tienen como fin la dirección de la conducta, le estamos dando a la Razón un uso práctico. En su uso teórico la Razón genera juicios y en su uso práctico imperativos o mandatos.
Immanuel Kant
En un sentido más restringido y en el contexto de la "Crítica de la Razón Pura", la razón es la facultad de las argumentaciones, la facultad que nos permite fundamentar unos juicios en otros, y que junto con la sensibilidad y el entendimiento componen las tres facultades cognoscitivas principales que Kant estudió. Marcando la proporcionalidad de las ideas de Aristóteles con las ideas del razonamiento expuesto por Kant, se podría inferir un uso de la razón lógica en aquellos procesos de conocimiento.
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