ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES

Alí Babá es un pobre leñador de Persia que fue testigo de la visita de una banda de cuarenta ladrones al escondite de sus tesoros, en el bosque en el que cortaba leña. El tesoro de los ladrones está en una cueva cuya boca queda sellada mágicamente: se abre con las palabras ¡Ábrete Sésamo! y se cierra con ¡Ciérrate Sésamo! Cuando los ladrones se van, Alí Babá entra a la cueva y se lleva parte del tesoro a su casa.

                                                Alí Babá (Maxfield Parrish)

Kassim, que era millonario, y hermano de Alí Babá, descubre la riqueza de su hermano, quién le cuenta el descubrimiento de la cueva a pesar de que éste no lo había ayudado a superar su indigencia. Kassim acude a ella para llevarse algo del tesoro, pero en su avaricia y nerviosismo ante las riquezas olvida las palabras para salir de la cueva y los ladrones lo encuentran en ella, descuatizándolo. 

Cuando Kassim no regresa, su hermano va a la cueva a buscarlo y lo encuentra despedazado a la entrada de esta, y se lleva los trozos a casa. Con la ayuda de Morgiana o Luz Nocturna, una lista esclava de la familia, y el viejo sastre Baba Mustafá logran recomponer el cuerpo para enterrarlo sin despertar sospechas sobre su muerte.

Los ladrones, viendo que el cuerpo ha desaparecido, advierten que alguien más sabe su secreto y se disponen a localizarlo. Los primeros intentos son frustrados por Luz Nocturna, ahora al servicio de  la familia de Alí Babá, pero finalmente logran dar con la ubicación de la casa de Alí. El Jefe de los ladrones se hace pasar por comerciante de aceite, necesitado de pasar la noche en casa de Alí Babá, llevando con él mulas cargadas con cuarenta tinajas, una llena de aceite y las otras treinta y nueve con los ladrones de la banda.

Los ladrones planean matar a Alí Babá cuando éste duerma, pero de nuevo Luz Nocturna descubre y frustra el plan, matando a los ladrones ocultos en las tinajas llenándolas de aceite hirviendo. Cuando el jefe va a buscar a sus hombres, descubre que todos están abrasados, y huye. Alí Babá expresa su gratitud a Luz Nocturna, liberándola de su condición de esclava y en agradecimiento a su fiel amiga,  decide darle la mano de su hijo joven y hermoso. Alí Babá queda como único conocedor del secreto del tesoro de la cueva y las palabras mágicas para entrar a ella.