domingo, 25 de agosto de 2019

CASTILLO BELALCÁZAR


Castillo Belalcázar es una construcción gótico-militar, de los Sotomayor Zúniga Madróniz, iniciada en la segunda mitad del siglo XV, situada en la localidad de Belalcázar en la provincia de Córdoba, Andalucía, España. También se le conoce como castillo Gahete o castillo Gafiq. Es el castillo más alto de toda la Península Ibérica.

Está ubicado en un paraje serrano al norte de la población, perteneciente a los condes Belalcázar, donde tuvieron su residencia, da testimonio junto con el convento de los franciscanos de la población, del gran papel que estos señores desempeñaron como mecenas de la arquitectura y promotores del gótico tardío.

En el mismo lugar hubo una fortaleza romana, continuada luego en la época musulmana, de la que todavía subsiste importante patrimonio en la cerca exterior, que se mantuvo como primera línea de muralla con torres albarranas sobre el arroyo Caganchas. Dentro de este recinto, en lo más elevado del montículo, se construye el Bello Alcázar que da nombre a la Villa, cuya obra corresponde a la segunda mitad del siglo XV. Data de 1450 cuando Juan II otorgó estas tierras a Gutierre de Sotomayor, Maestre de la Orden de Alcántara, permitiéndole construir un castillo.

El castillo, de excelente cantería de granito, es cuadrangular, con altos y robustos muros que aparecen jalonados por ocho torres prismáticas, en correspondencia con el centro cada uno de los flancos y las esquinas. Sin embargo, el sorprendente efecto que ofrece la fortaleza obedece particularmente a la torre del homenaje, emplazada en el muro oriental con una altura de 47 metros, es la más grandiosa de todas. En sus dos primeros tercios ofrece una disposición cilíndrica al redondearse las esquinas, compensándose esa diferencia a través de unos elementos escalonados de figura piramidal.

Se ha relacionado este recurso con el también empleado en la del Clavero de Salamanca, obra de la época, construida por el otro Sotomayor. El rasgo definitivo de este cuerpo son las garitas cilíndricas que, alternativamente, largas y cortas, se adosan a los costados y en las esquinas. Sus superficies se aprovechan para unos gigantescos escudos de los Sotomayor con bandas traqueadas. Ello contribuye sobremanera al ornato de la torre, lo mismo que las repisas de los garitones, características del gótico flamígero.

El castillo comenzó su deterioro a partir de la ocupación del mismo por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia cuando modificaron el castillo para convertirlo en almacén, además sufrió las consecuencias de la artillería. 

Actualmente, es propiedad de la Junta de Andalucía desde 2008. Tras años de abandono y con la amenaza de derrumbe por su mal estado, la Junta de Andalucía inició su restauración en 2018.

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