martes, 27 de agosto de 2019

CASTILLO DE LOARRE


Castillo de Loarre o castillo de la Abadía de Loarre, es un edificio románico situado en la localidad española del mismo nombre, perteneciente a la provincia de Huesca, Aragón. Fue construido en el siglo XI y presenta un buen estado de conservación, lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico de España.

Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya de Huesca y en particular sobre Bolea, principal plaza musulmana de la zona y que controlaba las ricas tierras agrícolas de la llanura. El castillo se asienta sobre un promontorio de roca caliza, que utiliza como cimientos. Esto suponía una gran ventaja defensiva, ya que así los muros no podían ser minados. Además está rodeado con una muralla con torreones. El castillo fue construido en el siglo XI, por orden del rey Sancho III, para servir como avanzadilla fronteriza. Hacia 1071, durante el reinado de Sancho Ramírez se realiza una ampliación que le da la forma que mantiene en la actualidad.

Tras la ampliación se funda un monasterio de canónicas de San Agustín, Pedro I de Aragón, hijo de Sancho Ramírez, cambia la cabeza de la Congregación a Montearagón, con lo que Loarre pierde el carácter monasterial. El desalojo de los musulmanes de la Hoya de Huesca, hace que el castillo pierda su carácter militar y pierde relevancia e influencia. En el marco de la revuelta del conde de Urgel, esta fortaleza sirvió al bando urgelista, y vio acción en el asedio de 1413, cuando la abadesa Violante de Luna defendió con ferocidad el castillo pero fue derrotada por el bando real.

En el siglo XV, la población que vivía a los pies del castillo se traslada a la actual Villa de Loarre, reutilizando materiales del castillo. En 1906 fue denominado Monumento Nacional, en la actualidad cuenta con estatus de bien de interés cultural. El castillo está en bastante buen estado de conservación (salvo la parte del antiguo castillo de Sancho III de Navarra, mucho más deteriorada) y está considerado como la fortaleza románica mejor conservada de Europa. Destacan la pequeña capilla, la cripta de santa Quitería, situada a la entrada en la que llama la atención la cúpula, por lo poco habitual que es en el románico.


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