En la vida abrimos
y cerramos puertas:
de vida, de historia
y de secretos amores.
Puertas al mundo
en tiempos pretéritos,
cuando rumbeaba
mi suerte en el exilio.
Puertas a la sabiduría,
conocimiento de lo ignoto
para crecer, y aprender
de los grandes maestros.
Puertas a la historia
presente y del génesis
de la existencia terrena,
para saber quienes somos.
Puertas a lo desconocido,
cuando traspasemos el umbral
que conduce al descanso
eterno, a la nada de la vida.
Puertas, ¡nada más puertas!
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