René H. Negrete Negrete nace en Santiago de Chile, el 17 de julio de 1943. Hijo de Manuel Roberto Negrete Pizarro y de Graciela del Carmen Negrete Anabalón. Abuelos maternos don Julio Negrete Luján y doña Luisa Anabalón Osorio (por la parte materna, los primeros Negrete llegaron a mediados del 1600 a Chile, y se les asignaron unas encomiendas, tierras que iban desde Santiago hasta las cercanías de Batuco, la Casa Consistorial de Conchalí, fue la Casa Patronal de la Familia Negrete).
Posteriormente fue vendida, a fines del siglo XIX, y pasó a manos de las familias: Sutil, Cousiño y Arrate sucesivamente. Abuelos paternos don Roberto Negrete Zamorano y doña María Teresa Negrete Petit. Proveniente de una familia de clase media, que con esfuerzo sacó adelante a su prole, educándolos en buenos colegios, sus hermanos Patricio Manuel y Juan Carlos estudiaron en la Universidad y han sido destacados profesionales.
Ex Casa patronal de la familia Negrete
Sus primeros estudios los realizó en un Kindergarten, primero y segunda preparatorias, después estudió en el Colegio San Pedro Nolasco desde la tercera preparatoria hasta el sexto año de humanidades (estudios secundarios). Es un autodidacta, dedicando su tiempo libre a leer, investigar temas culturales: ciencia, historia, filosofía, literatura, música, pintura, para adquirir más conocimientos y satisfacer su curiosidad por el saber.
Posteriormente fue vendida, a fines del siglo XIX, y pasó a manos de las familias: Sutil, Cousiño y Arrate sucesivamente. Abuelos paternos don Roberto Negrete Zamorano y doña María Teresa Negrete Petit. Proveniente de una familia de clase media, que con esfuerzo sacó adelante a su prole, educándolos en buenos colegios, sus hermanos Patricio Manuel y Juan Carlos estudiaron en la Universidad y han sido destacados profesionales.
Ex Casa patronal de la familia Negrete
Como no sigue estudios universitarios, en 1960, a los 17 años y cinco meses, ingresa a trabajar a la Tienda comercial Los Gobelinos, ubicada en Ahumada esquina de Compañía, empresa de cuatro pisos, de ventas por departamentos, donde primeramente se desempeñó como cadete, en los departamentos Juguetería, Blanco, Camisería y Satrería, y posteriormente ocupó una plaza de vendedor. Desempeñando sus labores comerciales hasta 1965.
Los Gobelinos años 1940s
Después trabajó como vendedor de radio y electrodomésticos en Radio Estado, por un tiempo, y pasa a ser vendedor mayorista de cueros, repujados, maletines y maletas en la empresa Grunwald Hnos. Un tiempo de cesantía, aconsejado por su padre, decide viajar a Lima, donde residía una prima hermana de su progenitor, a fin de integrarse a trabajar con ella en su hacienda algodonera. Lugar donde no alcanzó a llegar. En una escala en la ciudad de Arica, consigue un empleo, conoce a su mujer y a los dos meses se casan (con ella lleva casado 49 años).
Se radica en la Puerta norte de Chile, y tiene tres hijos: una niña, Rocío y dos varones, Jaime y Eduardo. En esta ciudad trabaja en la Compañía Minera San Carlos S. A. como secretario administrativo, y en Turismo Expreso Pullman S. A. empresa peruana, como administrador de la oficina de Arica, y supervisor de las oficinas de Tacna, Ilo, Moquegua y Arequipa. Debiendo reportarse mensualmente, tanto a la gerencia de la empresa en Santiago, como a las oficinas principales, a su gerente y propietario don Agustín Ciccia Ciccia, en Paseo de la República 125, en Lima.
Al mismo tiempo de desarrollar sus actividades laborales, colaboró con artículos de prensa, ad honorem, para los diarios Concordia y La Defensa de Arica, tratando diferentes temas relacionados con la ciudad, turismo, cultura y política. Entre 1970 y 1973, gobernaba el país la Unidad Popular, un conglomerado de partidos de centro izquierda del país, dirigidos por el presidente Salvador Allende Gossens. Gobierno al que Negrete apoyaba decididamente, lo que después del golpe (en octubre de 1973) tuvo que abandonar el país. Pasando a Tacna en primera instancia, ayudado por el Vice-cónsul de Perú en Arica, Orlando de Marzo Ciccia. Posteriormente fue trasladado a Lima, quedando "retenido" en el cuartel general de la PIP, mientras se hacían gestiones para buscar asilo en otro país.
Como las gestiones resultan infructuosas, el gobierno de Cuba, a través del cónsul Reguero en Lima, ofrece su ayuda para sacarlo del Perú, junto a varios otros chilenos que estaban en las mismas condiciones. La condición era que La Habana podría realizar gestiones para viajar a Europa. Se decía que Cuba era: el primer país "libre" de América. Lo que no era cierto, porque era una nación, una isla, que estaba bloqueada por los Estados Unidos, por tanto, tenía muchísimas carencias. Sin embargo, así y todo dio asilo a varios miles de chilenos. En Cuba, si trabajaba, me condenaba a quedarme, caso contrario tenía la posibilidad de salir del país, cuestión que duró 7 meses de burocráticas y lentas tramitaciones. En ese tiempo, alojaba en el Hotel Presidente, Calzada y G, frente al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Hotel Presidente Salvador Allende
Finalmente al único país que hubo acceso fue Rumanía, que consintió en recibirlo con su esposa e hijo, de tres años, que habían llegado a La Habana procedentes de Lima, 15 días antes de viajar a Europa. En junio de 1974, emprendía viaje en CZA, línea aérea checa, a Praga, con escala en Montreal y continuar viaje a la entonces Checoslovaquia. Estancia de poco más de 24 horas, alojamiento en un hotel cerca del aeropuerto, breve paseo por Praga y a continuar viaje en Tarom, línea aérea rumana.
Llegada a Bucarest, a medianoche, esperaba una funcionaria del municipio de la ciudad, que les dio la bienvenida y recibió muy cordialmente, y fueron trasladados a un nuevo conjunto habitacional, Drumul Taberei 115, dpto. 114, totalmente amoblado. Ciudad que no solo otorgó vivienda, también jardín infantil para el niño y trabajo. Chile no había roto relaciones con Rumanía ni con China, así que se podía realizar alguna gestión en el consulado chileno, excepto sacar pasaporte (felizmente estaban vigentes), porque no los expedían a los asilados políticos.
Drumul Taberei, Bucarest
Como no se pagaba alquiler, luz, agua ni gas, se pudo ahorrar algo de dinero para comprar dolares en el mercado negro, o cambiar leu por dólares con el agregado cultural de Chile, don Gabriel Cuevas, con quien se entabló una buena amistad. Para poder salir del país, había que solicitar un permiso especial en la Municipalidad, se adujo que había que viajar a Suiza, porque habían enviado un dinero que se debía retirar de un banco de Ginebra. Después de cuatro meses y medio, a principios de noviembre de 1974, se emprende rumbo al país helvético.
Con muchas ilusiones y poco dinero, la idea era llegar al Palacios de las Naciones Unidas para sostener reuniones y reubicación en otro país. Rumania había atendido bastante bien, muy solidario, tenía muchas y mejores condiciones de vida que Cuba. Había tiendas, supermercados y no se conocía, al menos en ese tiempo, la escasez. Se viajó en tren, por la noche, a las 07.00 desembarco en la Yugoslavia de Josip Broz Tito, con escala de doce horas en Belgrado, que sirvió para descansar y un muy breve recorrido por la ciudad porque cayó una lluvia torrencial. A las 22.00 horas salida con destino a Nápoles, donde se llegó muy temprano por la mañana, a eso de las 08.00 am.
Lago Lemán, Ginebra
Era domingo, los pasajes eran para salir en la noche a Suiza, con la esperanza que no hubiera mucho control en la frontera suiza. Para ingresar había que demostrar que se disponía de US$ 20.000, escasamente tenían poco más de mil. Había que correr el riesgo, y se embarcaron con fe que todo saldría bien. A medianoche bajaron en la Gare de Cornavin, en la frontera solo se cambió el personal del tren, se bajaron los italianos y subieron los suizos, controlaron los pasajes y no hubo problemas. En la estación no había movimiento, escaso personal, así que rápido a la calle a buscar alojamiento. En la rue des Alpes, en el Hotel des Alpes, habitación por US$ 100 la noche, incluido el desayuno. Temprano había que presentarse en la Naciones Unidas.
Palais des Nationes
Se solicitó audiencia con el Alto Comisionado para los Refugiados, señor George Koulischer, y este los recibió esa misma mañana. Se le planteó la necesidad de que fueran ubicados en otro país, porque no estában conforme con el sistema comunista. No podían pedir asilo porque ya tenían la condición de asilados políticos. Por tanto, la oferta fue: renunciar a la condición de asilados, y la ayuda para viajar al país que desearan.
Les puso en manos del señor Tissot, que dirigía unas oficinas de ayuda social, dependiente del gobierno suizo, con el apoyo de Naciones Unidas. Fueron alojados en un centro universitario, donde les proporcionaban la alimentación, también les procuraron ayuda económica. Estuvieron un mes en Ginebra, una hermosa y culta ciudad, acogedora, que los trató muy bien. A fines de noviembre, por la noche, cogieron tren rumbo a Barcelona, pues habían decidido radicarse en España. Terminaba así el largo periplo por los países detrás de la Cortina de Hierro.
Barcelona, monumento a Colón, Paseo Las Ramblas
Lo primero, fue visitar el convento de La Merced, de los curas mercedarios, orden que fue fundada por Pedro Nolasco un religioso barcelonés. Como en Chile había estudiado en el colegio San Pedro Nolasco, más el certificado de estudios, se presentó a conversar con el director del convento, fray Valentín Moliner Pascual. Los atendió, dijo que el día sábado iba a hablar con gente de la grey para ver que podían hacer por ellos. Les dio algo de dinero, que sirvió para pagar un par de días en el hostal Fortuny donde estaban alojados.
El lunes, fue a conversar con él, quien lo envió a hablar con don Jesús Pemán, gerente de una empresa constructora, que vivía en calle Balmes N° 9, cerca de plaza cataluña. Le atendió muy bien, y le dio una tarjeta para que fuera a ver al propietario de le empresa constructora J. Valle Construcciones S. A. Cuestión que hizo el lunes siguiente, que fue el día que había quedado citado. Don Joaquín Valle lo atendió bien, una larga conversa, sobre las circunstancias del viaje y exilio, era anti-franquista, y le proveyó de 10 mil pesetas, para pagar alojamiento en el hostal y comer, y comenzaría a trabajar en su empresa el día miércoles con una paga de 25.000 al mes. Con Joaquín terminó siendo muy buenos amigos.
Convento de La Merced, Barcelona
A los 20 día de haber arribado a Barcelona, ya estaba trabajando. La vida comenzaba a sonreír, se iniciaba una nueva y fructífera etapa en la Ciudad Condal, la antigua y romana Barcino. Para navidades, que estaba muy cerca, la empresa regaló un sueldo extra y una canasta navideña. Se había puesto en campaña de conseguir un departamento, el cual se encontró en la calle Reig y Bonet N° 25. Edificio de cuatro plantas, cerca de la parada del metro y de la locomoción colectiva, lugar donde vivió tiempos felices mientras estuvo en España.
Edificio de Reig y Bonet 25
Así daba término al exilio, había que reiventarse, estudió contabilidad por Decalco para poder desempeñar bien el trabajo de ayudante del contable de la empresa. Pasaron los años, ya de regreso en esta larga y angosta faja de tierra, lamentará hasta que se muera haber regresado. Por haber tirado por la borda la cultura de la Vieja Europa, donde sus hijos se habrían educado bien y tenido mejores oportunidades de vida.
Establecido un tiempo en Arica, trabajando como vendedor viajante de las empresas de ropa de la familia Gálmez Puig (dueños de Almacenes París): Vestex, Eagle Clothes, Manhattan y MacGregor, para la zona norte del país; y posteriormente como jefe de electrodomésticos y ropa infantil en tienda Solari. Hasta que decide abandonar Arica, para radicarse primero en Viña del Mar, y después en Concón. Jubilando a los 65 años, en la Tienda Almacenes París del Mall Marina Arauco. A los 76 años, debe seguir trabajando para vivir con cierto decoro, y esperar la muerte con la tranquilidad que da el conocimiento y experiencia de vida.
Continuó colaborando con artículos para los Diarios La Estrella de Arica, Iquique y Valparaíso y Diario El Expreso de Viña del Mar (hoy desaparecido). Lo que le ha significado felicitaciones de S. M. El Rey de España, don Juan Carlos de Borbon y Borbon, de su hijo S. M. don Felipe VI, del Ministerio de Información y Turismo de España; y de los presidentes de Chile: don Eduardo Frei Ruíz-Tagle y don Ricardo Lagos Escobar.
"¡Alea jacta est! Nunca viviré lo suficiente como para olvidarlo"!
Después trabajó como vendedor de radio y electrodomésticos en Radio Estado, por un tiempo, y pasa a ser vendedor mayorista de cueros, repujados, maletines y maletas en la empresa Grunwald Hnos. Un tiempo de cesantía, aconsejado por su padre, decide viajar a Lima, donde residía una prima hermana de su progenitor, a fin de integrarse a trabajar con ella en su hacienda algodonera. Lugar donde no alcanzó a llegar. En una escala en la ciudad de Arica, consigue un empleo, conoce a su mujer y a los dos meses se casan (con ella lleva casado 49 años).
Se radica en la Puerta norte de Chile, y tiene tres hijos: una niña, Rocío y dos varones, Jaime y Eduardo. En esta ciudad trabaja en la Compañía Minera San Carlos S. A. como secretario administrativo, y en Turismo Expreso Pullman S. A. empresa peruana, como administrador de la oficina de Arica, y supervisor de las oficinas de Tacna, Ilo, Moquegua y Arequipa. Debiendo reportarse mensualmente, tanto a la gerencia de la empresa en Santiago, como a las oficinas principales, a su gerente y propietario don Agustín Ciccia Ciccia, en Paseo de la República 125, en Lima.
Al mismo tiempo de desarrollar sus actividades laborales, colaboró con artículos de prensa, ad honorem, para los diarios Concordia y La Defensa de Arica, tratando diferentes temas relacionados con la ciudad, turismo, cultura y política. Entre 1970 y 1973, gobernaba el país la Unidad Popular, un conglomerado de partidos de centro izquierda del país, dirigidos por el presidente Salvador Allende Gossens. Gobierno al que Negrete apoyaba decididamente, lo que después del golpe (en octubre de 1973) tuvo que abandonar el país. Pasando a Tacna en primera instancia, ayudado por el Vice-cónsul de Perú en Arica, Orlando de Marzo Ciccia. Posteriormente fue trasladado a Lima, quedando "retenido" en el cuartel general de la PIP, mientras se hacían gestiones para buscar asilo en otro país.
Como las gestiones resultan infructuosas, el gobierno de Cuba, a través del cónsul Reguero en Lima, ofrece su ayuda para sacarlo del Perú, junto a varios otros chilenos que estaban en las mismas condiciones. La condición era que La Habana podría realizar gestiones para viajar a Europa. Se decía que Cuba era: el primer país "libre" de América. Lo que no era cierto, porque era una nación, una isla, que estaba bloqueada por los Estados Unidos, por tanto, tenía muchísimas carencias. Sin embargo, así y todo dio asilo a varios miles de chilenos. En Cuba, si trabajaba, me condenaba a quedarme, caso contrario tenía la posibilidad de salir del país, cuestión que duró 7 meses de burocráticas y lentas tramitaciones. En ese tiempo, alojaba en el Hotel Presidente, Calzada y G, frente al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Hotel Presidente Salvador Allende
Finalmente al único país que hubo acceso fue Rumanía, que consintió en recibirlo con su esposa e hijo, de tres años, que habían llegado a La Habana procedentes de Lima, 15 días antes de viajar a Europa. En junio de 1974, emprendía viaje en CZA, línea aérea checa, a Praga, con escala en Montreal y continuar viaje a la entonces Checoslovaquia. Estancia de poco más de 24 horas, alojamiento en un hotel cerca del aeropuerto, breve paseo por Praga y a continuar viaje en Tarom, línea aérea rumana.
Llegada a Bucarest, a medianoche, esperaba una funcionaria del municipio de la ciudad, que les dio la bienvenida y recibió muy cordialmente, y fueron trasladados a un nuevo conjunto habitacional, Drumul Taberei 115, dpto. 114, totalmente amoblado. Ciudad que no solo otorgó vivienda, también jardín infantil para el niño y trabajo. Chile no había roto relaciones con Rumanía ni con China, así que se podía realizar alguna gestión en el consulado chileno, excepto sacar pasaporte (felizmente estaban vigentes), porque no los expedían a los asilados políticos.
Drumul Taberei, Bucarest
Como no se pagaba alquiler, luz, agua ni gas, se pudo ahorrar algo de dinero para comprar dolares en el mercado negro, o cambiar leu por dólares con el agregado cultural de Chile, don Gabriel Cuevas, con quien se entabló una buena amistad. Para poder salir del país, había que solicitar un permiso especial en la Municipalidad, se adujo que había que viajar a Suiza, porque habían enviado un dinero que se debía retirar de un banco de Ginebra. Después de cuatro meses y medio, a principios de noviembre de 1974, se emprende rumbo al país helvético.
Con muchas ilusiones y poco dinero, la idea era llegar al Palacios de las Naciones Unidas para sostener reuniones y reubicación en otro país. Rumania había atendido bastante bien, muy solidario, tenía muchas y mejores condiciones de vida que Cuba. Había tiendas, supermercados y no se conocía, al menos en ese tiempo, la escasez. Se viajó en tren, por la noche, a las 07.00 desembarco en la Yugoslavia de Josip Broz Tito, con escala de doce horas en Belgrado, que sirvió para descansar y un muy breve recorrido por la ciudad porque cayó una lluvia torrencial. A las 22.00 horas salida con destino a Nápoles, donde se llegó muy temprano por la mañana, a eso de las 08.00 am.
Lago Lemán, Ginebra
Era domingo, los pasajes eran para salir en la noche a Suiza, con la esperanza que no hubiera mucho control en la frontera suiza. Para ingresar había que demostrar que se disponía de US$ 20.000, escasamente tenían poco más de mil. Había que correr el riesgo, y se embarcaron con fe que todo saldría bien. A medianoche bajaron en la Gare de Cornavin, en la frontera solo se cambió el personal del tren, se bajaron los italianos y subieron los suizos, controlaron los pasajes y no hubo problemas. En la estación no había movimiento, escaso personal, así que rápido a la calle a buscar alojamiento. En la rue des Alpes, en el Hotel des Alpes, habitación por US$ 100 la noche, incluido el desayuno. Temprano había que presentarse en la Naciones Unidas.
Palais des Nationes
Se solicitó audiencia con el Alto Comisionado para los Refugiados, señor George Koulischer, y este los recibió esa misma mañana. Se le planteó la necesidad de que fueran ubicados en otro país, porque no estában conforme con el sistema comunista. No podían pedir asilo porque ya tenían la condición de asilados políticos. Por tanto, la oferta fue: renunciar a la condición de asilados, y la ayuda para viajar al país que desearan.
Les puso en manos del señor Tissot, que dirigía unas oficinas de ayuda social, dependiente del gobierno suizo, con el apoyo de Naciones Unidas. Fueron alojados en un centro universitario, donde les proporcionaban la alimentación, también les procuraron ayuda económica. Estuvieron un mes en Ginebra, una hermosa y culta ciudad, acogedora, que los trató muy bien. A fines de noviembre, por la noche, cogieron tren rumbo a Barcelona, pues habían decidido radicarse en España. Terminaba así el largo periplo por los países detrás de la Cortina de Hierro.
Barcelona, monumento a Colón, Paseo Las Ramblas
Lo primero, fue visitar el convento de La Merced, de los curas mercedarios, orden que fue fundada por Pedro Nolasco un religioso barcelonés. Como en Chile había estudiado en el colegio San Pedro Nolasco, más el certificado de estudios, se presentó a conversar con el director del convento, fray Valentín Moliner Pascual. Los atendió, dijo que el día sábado iba a hablar con gente de la grey para ver que podían hacer por ellos. Les dio algo de dinero, que sirvió para pagar un par de días en el hostal Fortuny donde estaban alojados.
El lunes, fue a conversar con él, quien lo envió a hablar con don Jesús Pemán, gerente de una empresa constructora, que vivía en calle Balmes N° 9, cerca de plaza cataluña. Le atendió muy bien, y le dio una tarjeta para que fuera a ver al propietario de le empresa constructora J. Valle Construcciones S. A. Cuestión que hizo el lunes siguiente, que fue el día que había quedado citado. Don Joaquín Valle lo atendió bien, una larga conversa, sobre las circunstancias del viaje y exilio, era anti-franquista, y le proveyó de 10 mil pesetas, para pagar alojamiento en el hostal y comer, y comenzaría a trabajar en su empresa el día miércoles con una paga de 25.000 al mes. Con Joaquín terminó siendo muy buenos amigos.
Convento de La Merced, Barcelona
A los 20 día de haber arribado a Barcelona, ya estaba trabajando. La vida comenzaba a sonreír, se iniciaba una nueva y fructífera etapa en la Ciudad Condal, la antigua y romana Barcino. Para navidades, que estaba muy cerca, la empresa regaló un sueldo extra y una canasta navideña. Se había puesto en campaña de conseguir un departamento, el cual se encontró en la calle Reig y Bonet N° 25. Edificio de cuatro plantas, cerca de la parada del metro y de la locomoción colectiva, lugar donde vivió tiempos felices mientras estuvo en España.
Edificio de Reig y Bonet 25
Así daba término al exilio, había que reiventarse, estudió contabilidad por Decalco para poder desempeñar bien el trabajo de ayudante del contable de la empresa. Pasaron los años, ya de regreso en esta larga y angosta faja de tierra, lamentará hasta que se muera haber regresado. Por haber tirado por la borda la cultura de la Vieja Europa, donde sus hijos se habrían educado bien y tenido mejores oportunidades de vida.
Establecido un tiempo en Arica, trabajando como vendedor viajante de las empresas de ropa de la familia Gálmez Puig (dueños de Almacenes París): Vestex, Eagle Clothes, Manhattan y MacGregor, para la zona norte del país; y posteriormente como jefe de electrodomésticos y ropa infantil en tienda Solari. Hasta que decide abandonar Arica, para radicarse primero en Viña del Mar, y después en Concón. Jubilando a los 65 años, en la Tienda Almacenes París del Mall Marina Arauco. A los 76 años, debe seguir trabajando para vivir con cierto decoro, y esperar la muerte con la tranquilidad que da el conocimiento y experiencia de vida.
Continuó colaborando con artículos para los Diarios La Estrella de Arica, Iquique y Valparaíso y Diario El Expreso de Viña del Mar (hoy desaparecido). Lo que le ha significado felicitaciones de S. M. El Rey de España, don Juan Carlos de Borbon y Borbon, de su hijo S. M. don Felipe VI, del Ministerio de Información y Turismo de España; y de los presidentes de Chile: don Eduardo Frei Ruíz-Tagle y don Ricardo Lagos Escobar.
"¡Alea jacta est! Nunca viviré lo suficiente como para olvidarlo"!













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