El tiempo cronológico para el mundo científico es de mucha importancia, en la sociedad humana se ha dado preferencia al tiempo histórico, ya que las acciones humanas han tenido vital importancia y relevancia en los cambios sociales que producen cuando tienen lugar.
De acuerdo con la teoría de la relatividad, la dilatación del tiempo es una diferencia en el tiempo transcurrido medido por dos observadores, ya sea debido a una diferencia de velocidad relativa entre sí, o por estar situado de manera diferente en relación con un campo gravitacional. Einstein demostró que ni el tiempo ni el espacio son absolutos, como pensaba Newton y como intituivamente pensamos muchos de nosotros.
En la Edad Moderna se ha dado mayor importancia al tiempo cronológico, ya que las sociedades cambiaron su manera de vivir desde cuando sus actividades dependían más de la salida del Sol y del estado del Tiempo, adaptándose al uso de horas para medir sus actividades, calendarios y establecimiento de rutinas periódicas fijas (trabajo, vacaciones y vida familiar).
La percepción del tiempo puede variar entre personas y situaciones. El tiempo puede correr o ser interminable. En raras ocasiones parece detenerse completamente. La diferencia entre el tiempo real, medido por relojes o calendarios, y nuestros sentidos puede ser enorme en ocasiones. El tiempo individual está fuertemente influenciado por nuestro estado de ánimo, concentración y salud física.
Cada ser humano vive su época, en el "Horizonte que le ha correspondido". Nadie ama la vejez, hay una visión negativa al paso del tiempo. Hay una merma en la actividad física e intelectual, algunos pierden la concentración y la memoria, son los efectos de la ancianidad, sin darnos cuenta llegamos al ocaso de la vida, comenzamos a vivir nuestro último otoño.
Es el camino de mi adiós, el horizonte está cada vez más cerca, los días pasan volando, casi sin darnos cuenta. En lo personal, pese a alunas enfermedades, ahora ya camino lento, ya no está la agilidad de esa juventud que quedó extraviada en el pasado. Felizmente, a mis 76 años, la mente y la memoria están claras, intelectualmente estoy más activo y creativo que nunca. Me falta tiempo para hacer y terminar todo lo que tengo en mente, razón por la cual trato de no perder mi tiempo en banalidades, ni en ver programas basuras que nada aportan, tampoco realizo trámites y filas burocráticas, que me resten tiempo. Bendito tiempo, el cual más temprano que tarde me llevará a emprender mi último camino.
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