AUSTERA CELEBRACIÓN

Fiestas Patrias días de descanso y celebraciones, cuecas, tonadas y bailes: ¡huifa, rendija, la madre y la hija! Donde no faltarán los asados, las empanadas, los pequenes, las cervezas, el chacolí ni el pipeño, la chicha, el vino y los terremotos para ponerle entre pera y bigote, y terminar todos "curados".

En mi larga vida disfruté de estas fiestas con mis padres y las familias maternas, el 18, y las paternas el 19. En aquellos tiempos el 20 era feriado, se disputaban las carreras del 20 en los hipódromos. Después las celebré con mi mujer, mis hijos en nuestro hogar, o en casas de amigos, y después en casa de los hijos. Ir a ver un desfile militar, salir a encumbrar ñeclas y volantines.

Hoy, se disfruta con tranquilidad, solo con la mujer. Mi hija, chef de un Hotel, trabaja y sus hijos, mis nietos se van con el papá a Futrono o a La Serena. Todos los años pasa un organillero por la puerta de la casa y toca unas melodías antiguas, que yo escuchaba de niño, premiar su música con unas monedas y entrar a escuchar algo de música o siesta.

Este año, como debo comer sano no hay asado a la parrilla, costillar ni choripan, nada de alcohol. No tenemos visitas porque mis hermanos uno vive en Santiago y el otro en Viña del Mar. Así que estaremos solos y con el siguiente menú:

                                        Papas con mote y un trozo de carne

Para el 18: una empanada de horno casera y papas con mote, un plato típico chileno, que aprendí a comer en casa de mis abuelos, exquisito, sano y que a uno lo retrotrae en el pasado.

                                                 Papas con chuchoca y pollo 

Para el 19: una ensalada de palta y verduras, y de fondo, otro típico chileno, unas ricas papas con chuchoca, comida de la cocina de los abuelos, para chuparse los bigotes.

                                             Tradicional mote con huesillos

Un buen postre: un infaltable vaso de mote con huesillos, preparado con azúcar, palitos de canela a gusto y un poquillo de cáscara de naranja.

Una tranquila y austera manera de celebrar las Fiestas Patrias, con la compañera de toda la vida, en la soledad de los años otoñales.