La primera presencia constatada de homínidos del género Homo se remonta a 1,2 millones de años antes del presente, como atestigua el descubrimiento de una mandíbula de un Homo aún sin clasificar en Atapuerca. En el siglo III a.C., se produjo la intervención romana en la Península, lo que conllevó a una posterior conquista de lo que, más tarde, se convertiría en Hispania.
Mandíbula encontrada en Atapuerca
En el Medioevo. la zona fue conquistada por distintos pueblos germánicos y por los musulmanes, llegando estos a tener presencia por más de siete centurias. No es hasta el siglo XV d.C., con la unión dinástica de Castilla y Aragón y la culminación de la Reconquista, junto con la posterior anexión navarra, cuando se puede hablar de la cimentación de España, como era reconocida en el exterior.
Ya en la Edad Moderna, los monarcas españoles dominaron el primer imperio de ultramar global, que abarcaba territorios en los cinco continentes, dejando un vasto acervo cultural y lingüístico por el globo. A principios del siglo XIX, tras sucesivas guerras en Hispanoamérica, pierde la mayorís de sus territorios en América, acrecentándose esta situación con el desastre del 98, la guerra entre Estados Unidos y España. Durante este siglo se produciría también una guerra contra el invasor francés, una serie de guerras civiles, una efímera república reemplazada nuevamente por una monarquía constitucional y el proceso de modernización del país.
El desastre del 98
En el primer tercio del siglo XX, se proclamó una república constitucional. Un golpe de Estado fallido provocó el estallido de una Guerra Civil, cuyo fin dio paso a la dictadura de Francisco Franco, que finalizó con la muerte de este en 1975, momento en que se inició la transición hacia la democracia, cuyo clímax fue la redacción, ratificación en referéndum y la promulgación de la Constitución de 1978, que propugna como valores superiores del ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.
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