Así como van las cosas, con una violencia desatada de incendiarios, saqueadores y vándalos, no se llega a ninguna parte. Las marchas pacíficas de la gente que demanda mejora de pensiones, aumento del sueldo mínimo, rebaja de precios de medicamentos, que son tres medidas que se deben ejecutar a la brevedad, se irán diluyendo por cansancio, por temor a estos delincuentes buenos para nada, que solo perjudican a la gente, provocando cesantía a los grupos más necesitados.
El vándalo que tira una bomba molotov a carabineros, ayer a dos mujeres carabineras, son unos asesinos en potencia. En el mismo lugar de los hechos deberían haber sido ajusticiados por la policía en defensa propia. Los incendiarios con su delincuencial acción, han dejado muertos, gente sin trabajo y sectores sin poder adquirir sus alimentos. Energúmenos que no merecen ningún tipo de consideración, deben ser reprimidos a balazo limpio si la ocasión lo amerita.
Estos parias de nuestra sociedad, que nada aportan porque nada son, no saben vivir como seres humanos pensantes. No tienen virtudes, no distinguen el bien del mal, no conocen la benevolencia ni el respeto a sus compatriotas y a los bienes públicos y privados. Son unos buenos para nada, en su pobre capacidad intelectual todo lo ven como una oportunidad para destruir, lo que ellos mismos y sus familias usan y necesitan. ¿Qué hacer con esta lacra?
El gobierno, mediante decreto, debería aplicar ley marcial contra estas hordas vandálicas, que solo saben destruir. Para el terremoto de 1906, en Valparaíso, el almirante Gómez Carreño hizo uso de esta ley y ajusticiaban en el lugar de los hechos a los ladrones que saqueban comercios y domicilios particulares, aprovechándose del caos que había significado el terremoto.
"El gobierno tiene la palabra, si este lumpen no respeta los DDHH de nuestra sociedad, deben ser castigados con todo el rigor de la ley hasta eliminarlos de la faz de la tierra"
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