Cornelio Tácito, nace en Galia Narbonense el año 56 d.C. muere en Imperio romano el 120 d.C. Fue un historiador, senador, cónsul y gobernador del Imperio romano. Escribió varias obras históricas, biográficas y etnográficas, entre las que destacan los Anales y las Historias. Se creer que su familia era de origen ecuestre, pues se le relaciona con un Cornelio Tácito de esa clase social a la que hace mención Plinio el Viejo.
Se sabe poco de su biografía, ni siquiera se sabe a ciencia cierta las fechas y lugares de su nacimiento y muerte y su primer nombre o praenomen, aunque se le han atribuido sin suficientes pruebas los de Cayo y Publio. La mayoría de las referencias sobre su vida que se poseen se han extraído de su correspondencia con Plinio el Joven o de sus propias obras. De ahí se ha deducido que son contemporáneos, aun que Tácito un poco mayor. Si como era su propósito llegó en su vejez a historiador en el imperio de Trajano, tuvo que morir en tiempos de Adriano, hacia el 120 d.C.
Hacia el año 77 inicia su carrera política, que habría de ser muy regular. El mismo cuenta, en Historias 1.1 que la comenzó con Vespasiano y fue favorecida sucesivamente por Tito y Domiciano. Cuando este era emperador, en el año 88, fue pretor y quindecenviro responsable del culto y en ese mismo año participó en la celebración de los Juegos Seculares. Fue consul suffectus en el año 97 bajo Nerva para sustituir al cónsul Lucio Verginio Rufo, muerto durante su mandato, ya bajo el imperio de Trajano, fue precónsul, es decir, gobernador de la provincia de Asia, según una inscripción hallada en Mylasa.
Se dedicó a la oratoria, tuvo gran renombre por su elocuencia; se había formado con los mejores abogados de su tiempo, pues él mismo lo afirmo en Diálogo sobre los oradores, 2, que en su juventud había escuchado con una pasión propia de la edad, y tanto en público como en privado, a Marco Apro y a Julio Segundo, luminarias del foro en ese momento. Algunos piensan, que al igual que Plinio el Joven, hubiera podido ser alumno de Quintiliano, pero no hay dato alguno que pueda asegurarlo.
En el año 97, después de la muerte de Domiciano, se dedicó a la historia lo que le permitió expresarse sin temor. Y esta aplicación al género en su madurez, tras culminar una importante carrera civil, así como el hecho que su ideología política está en el fundamento de su obra, lo aproximan al perfil de algunos historiadores republicanos como César o Salustio. Para un hombre noble había varias formas de servir al Estado: la actividad política, y la milicia fundamentalmente y, una vez desempeñadas estas actividades, era beneficio prestar servicios de otro tipo, como explicar los hechos y situaciones por los que había pasado Roma.
No se han conservado discursos de Tácito, por lo que es imposible conocer sus cualidades en el ámbito de la retórica. En tiempos de Trajano se le encomendó junto a Plinio el Joven la acusación por concusión contra Mario Prisco, que había sido procónsul de África. En una sesión del Senado que presidía Trajano, pronunció un discurso no solo elocuente sino además solemne.
Las Historias narran el período que va desde el inicio del segundo consulado de Galba, 69, hasta la muerte de Domiciano, 96. La obra historiográfica relata acontecimientos de una época más o menos dilatada que finaliza en los tiempos en que vive el propio autor. Desde los reinados justos y florecientes de Nerva y Trajano, tiempos "en que se permite pensar lo que quieras y decir lo que piensas", se anima Tácito a pasar revista a una época ominosa llena de infamia. Se sabe que él trabajaba en ellas durante la primera década del siglo II. Probablemente constaba de 14 libros. Se han conservado los cuatro primeros y la mitad del quinto. Estos primeros libros parecen contener la base de pensamiento de toda su obra.
Los Anales, refieren la vida de los césares en 30 libros desde Augusto a Domiciano. De ello se desprende que las dos obras fundamentales Anales e Historiae, formaron una secuencia sin solución de continuidad. Los 16 libros de los Anales recogen la historia inmediatamente anterior, desde la muerte de Augusto a la de Nerón. Los Anales cubren 54 años, mientras que los de la Historia solo 27 años.
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