jueves, 21 de noviembre de 2019

REAJUSTE DE PENSIONES


El presidente, Sebastián Piñera, anunció con bombos y platillos que había enviado proyecto de reajuste de pensiones al Congreso (producto de las demandas sociales de la gente), y que estas se iban a incrementar en un 20 %. Parlamentarios, de diferentes tendencias, dijeron que esto era muy poco y no solucionaba el problema de los ancianos enfermos y carentes de recursos.

La Cámara de Diputados, votó por amplia mayoría un aumento del 50 %, que dio a conocer la diputada Ossandón rodeada de diputados de todas las tendencias. Tema que pasó al Senado para su tramitación. Se comentó, incluso en las noticias, que reajuste sería de un 50 % a los mayores de 80 años, y de un 30 % a los mayores de 75 años


Esta tarde, en 24 Horas de TVN, un experto explicó con "peras y manzanas" que el reajuste sería gradual. Al 1 de enero de 2020 subirían pensiones a los mayores de 80 años, a partir de los que ganan $ 110.000 en un 50 %, el resto tendrían un reajuste más bajo, para llegar al 2022 a una pensión de $ 165.000 (a esa fecha, si es que estamos vivos, esa pensión será igual de miserable que la actual). El problema no se habrá solucionado. Pero, al parecer, había letra chica y los mayores de 75 años tendremos un reajuste miserable, yo de $ 141.269 quedaré percibiendo poco más de $ 143.000.

Los impuestos deben ir en relación a los bienes y riqueza. Los pobres pagamos el IVA en cada compra que hacemos, no podemos eludir ni evadir impuestos. En cambio, los más ricos del país, que deberían ser más humanos y solidarios, buscan por todos los medios evadir esta obligación, para pagar menos impuestos.


El gobierno, es reacio a aplicar el 1 % de impuesto adicional a los más ricos. Estos poseen una riqueza sobre los 260 mil millones de dólares. Esta recaudación sería de más de 2.600 millones de US$, cantidad más que suficiente para que, AHORA YA, las pensiones de los viejos fueran de $ 300.000, a partir de enero, y con el tiempo tener el mismo valor del sueldo mínimo.

La autoridad gubernamental y los parlamentarios, que ganan suculentos sueldos, deberían ponerse una mano en el corazón y no dejar que los pensionados se mueran de hambre, y sigan teniendo una insuficiente y demorosa atención de salud. 

cc/ Sebastián Piñera E.
     Senado de Chile.
     Cámara de Diputados de Chile.

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