La noche en silencio,
calla y calma el dolor
de un mal de amores
que no he podido olvidar.
En la hora nona del adiós,
los recuerdos vagan entre
el alma y el corazón,
es un otoño deshojado.
Porque la vida se escapa
y no podemos detener
el destino implacable
del ocaso, es nuestro sino.
Partiremos pronto de este
mundo, el tiempo nos acerca
al umbral de la muerte,
es algo a lo que no podemos
renunciar, es nuestro fin.
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