La falta de educación, el desinterés del Estado por erradicar a los discriminados, aquellos que viven en la pobreza sin oportunidades reales de aprender un oficio o seguir una carrera técnica, tiene a miles de jóvenes que no saben que hacer con sus vidas. Perdiéndose en los laberintos de la droga y la delincuencia.
No tienen reales posibilidades de trabajo, porque no tienen educación, hablan mal, andan mal vestidos, tienen pésimos modales y esto les cierra las puertas del comercio, empresas y oficinas. Sin conocimientos nadie los contrata, ni siquiera son recibidos en Recursos Humanos. Es una lamentable realidad por la falta de instrucción y educación.
El peligro de la drogadicción
Solo les queda andar pateando piedras en las esquinas, buscando los medios para obtener dinero para las drogas, comer y vestirse. Se dedican a asaltar camiones, a la gente, los portonazos, robar en las casa y tiendas, en cualquier lugar que la ocasión lo amerite. Armados con cuchillos, pistolas para amedrentar a la gente.
Como Estado y sociedad no hemos logrado educarlos, regenerarlos ni rehabilitarlos. Estamos al debe con estos ciudadanos, no se si, algún día, podamos hacer de ellos personas útiles, honradas y trabajadoras para vivir en paz y ellos encuentren sentido y felicidad a la vida.
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