martes, 31 de diciembre de 2019

PLEGARIA A DIOS, O A LA ENERGÍA DEL COSMOS


He llegado a una etapa de mi existencia donde nada me hace ilusión, aburrido y cansado del ámbito que me rodea: del abuso, la desigualdad, la gente, la ignorancia, la incultura, la ordinariez, la soberbia, la intolerancia, de la sociedad y de la injusticia social que sufre la mayoría de mis conciudadanos.

Cansado del hogar, de la familia, de la compañera de 49 años. Hastiado de Consultorios, Hospitales, de exámenes de laboratorio, de médicos y especialistas, de scanner, de medicamentos, de golpear puertas y mendigar pago de licencias en el Compin, de saber que no voy a sanar a los 76 años, cinco meses y 19 días.


Elevo oraciones y plegarias a ese Dios desconocido pidiendo que termine con mi vida, que ya no es vida. Ruego al Cosmos, si es que de allá provengo, que me lleve rápido al universo donde debe estar la perfección si es que somos polvo de estrellas. ¿Para qué vivir en estas condiciones de deterioro? Ya nada volverá a ser como era, la muerte es salvación.

Partir y dejar atrás todo lo aprendido, lo conocido, lo investigado y lo que he escrito. ¿A quien le interesa mi quehacer en este tránsito terrestre? Somos seres minúsculos, más pequeños que un grano de arena, es decir, en la gran universalidad somos nada. Almas peregrinas, aves migratorias de paso por este hermoso planeta que los humanos estamos destruyendo.  

"Ojalá el nuevo año sea el fin, y la partida al destino del nunca jamás"

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