En mi larga vida
siempre admiré
a una bella mujer,
posé mi vista en ella.
Desde la adolescencia
sentí un especial agrado
y atracción por ellas.
¿Un eterno enamorado?
¡Vaya uno a saber!
Pero en mi existencia
conocí y compartí con
muchas y lindas chicas.
En el barrio de juventud,
en mis trabajos, en el estío
de las vacaciones playeras,
siempre viví enamorado.
De viejo, voy de recuerdos
de esos viejos y caros amores
que guardo en un rincón
del alma, eternamente míos.
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