El estallido de la reforma desbarató la casa religiosa en la Europa occidental, la que había sido dominada casi totalmente por la Iglesia Católica Romana, quedó dividida.
El sur de Europa -Italia, España, Austria y partes de Francia- permaneció en su mayor parte católico. El resto de Europa se dividió en tres sectores principales: La luterana en Alemania y Escandinavia; la calvinista en Suiza, Países Bajos, Escocia y parte de Francia; y la anglicana en Inglaterra.
Esparcidos entre estos había varios grupos más pequeños, pero más radicales: los anabaptistas, los menonitas, luteristas y puritanos, grupos que posteriormente llevaron sus creencias a América del Norte.
Con el paso del tiempo, estas divisiones siguieron fragmentándose hasta llegar a los centenares de organizaciones religiosas que existen hoy: presbiteriana, episcopal, metodista, bautista, congregacional; sólo por nombrar algunas. La verdad, basta levantar una piedra y encontramos cientos de iglesias, cultos y sectas que dicen regirse por la Biblia; pero, ninguna sigue con cabalidad y estricto apego la palabra de Dios.
Ciertamente la casa se dividió: Todas las religiones, formas de adoración, son creadas por los hombres y seguirán dividiéndose. Están muy lejos de seguir el Evangelio y la palabra de Jesús: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano es que me sigan adorando, porque enseñan como doctrina mandatos de hombres" (Marcos 7: 6-7).
Entre 1378 y 1417 viene el gran cisma de Occidente, en este período los cristianos de occidente se dividen en dos y después en tres obediencias papales, con papas rivales en Roma, Aviñón y Pisa (Nueva Enciclopedia Católica).
El sur de Europa -Italia, España, Austria y partes de Francia- permaneció en su mayor parte católico. El resto de Europa se dividió en tres sectores principales: La luterana en Alemania y Escandinavia; la calvinista en Suiza, Países Bajos, Escocia y parte de Francia; y la anglicana en Inglaterra.
Esparcidos entre estos había varios grupos más pequeños, pero más radicales: los anabaptistas, los menonitas, luteristas y puritanos, grupos que posteriormente llevaron sus creencias a América del Norte.
Con el paso del tiempo, estas divisiones siguieron fragmentándose hasta llegar a los centenares de organizaciones religiosas que existen hoy: presbiteriana, episcopal, metodista, bautista, congregacional; sólo por nombrar algunas. La verdad, basta levantar una piedra y encontramos cientos de iglesias, cultos y sectas que dicen regirse por la Biblia; pero, ninguna sigue con cabalidad y estricto apego la palabra de Dios.
Ciertamente la casa se dividió: Todas las religiones, formas de adoración, son creadas por los hombres y seguirán dividiéndose. Están muy lejos de seguir el Evangelio y la palabra de Jesús: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano es que me sigan adorando, porque enseñan como doctrina mandatos de hombres" (Marcos 7: 6-7).
Entre 1378 y 1417 viene el gran cisma de Occidente, en este período los cristianos de occidente se dividen en dos y después en tres obediencias papales, con papas rivales en Roma, Aviñón y Pisa (Nueva Enciclopedia Católica).