jueves, 20 de agosto de 2015

LA CONSECUENCIA DE ALLENDE














Para Allende la política no fue una apuesta frívola, sino una vocación trascendental, seria, responsable y leal al pueblo.

Allende no le falló al pueblo, fue consecuente hasta el final. Murió conforme su palabra, abrazado a la democracia traicionada.

Cuando Allende se suicidó, disparó certeramente a la conciencia y corazón de conspiradores y golpistas.

Pinochet erigió a Allende en un mártir. Con su inmolación pasó a la gloria con dignidad. En cambio, el dictador, se convirtió en el peor criminal de Chile.

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