domingo, 13 de marzo de 2016

GÓGOL




Nikolái Vasilievich Gógol, nació en Soróchintsi, en la región  ucraniana de Poltava, en 1809, era hijo de una familia de pequeños terratenientes.

A los nueve años fue enviado con su hermano Iván a la Escuela Provincial de Poltava. Aparte de unas nociones de Geometría, Historia, Matemáticas y Lengua, el resto de las enseñanzas se reducía a las Sagradas Escrituras y el Catecismo.

Esa escuela solo le trae los malos recuerdos de la muerte de su hermano Iván, que pasaba enfermo, y del frío y mala alimentación. Su padre tuvo que buscar un preceptor particular para Nikolái, con el fin de prepararlo para que ingresara al Liceo de Nezhín.

Gógol leía mucho, aprovechando la buena biblioteca del liceo, los libros de su padre y de los amigos, y publicaba poesías, relatos sentimentales y baladas románticas.

Después de la muerte de su padre, en 1825, se embarca para San Petersburgo en busca de un mejor porvenir. Tiene que pedir dinero a su madre para salir adelante, y ante su precaria situación decide ingresar como empleado a la Administración. Pasa privaciones, pues sufre la amarga suerte del funcionario pobre.

Prueba como actor y fracasa, le resta tiempo a las noches para dedicarlo a la literatura, y sigue recurriendo a su madre

Bajo la influencia de los románticos, en 1832 publica Veladas en un caserío próximo a Dikanka: pinta el alma  poética de un pueblo, su bondad y rechazo de lo falso. Entiende el contraste que hay entre el mundo del cuento y el mundo de la realidad.

Dos años más tarde publica Arabescos y Mírgorod, donde plantea los problemas y contradicciones sociales y muestra el desmoronamiento del sistema de servidumbre. El progresismo acoge con beneplácito la obra.

Estrena, el 19 de abril de 1836, la comedia El Inspector, compendio del asco y decepción que le suponía la ciudad por sus dramáticos contrastes y contradicciones. Con gran éxito y suceso de la crítica y el público.

Posteriormente escribe la obra Novelas de San Petersburgo, luego de un viaje al extranjero Las Almas Muertas, con esta obra cae en una excitación religiosa, y pretende ser el salvador del mundo con sus escritos. Visita Tierra Santa y, angustiado y consumido por su crisis, fallece en febrero de 1852.

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