lunes, 28 de marzo de 2016

JUVENTUD

Juventud, bello y exiguo tesoro,
se ha marchado para no regresar,
etapa de savia nueva, plata y oro,
bien que no volveré a encontrar.

En tu lazos quedaron mis sueños,
te los llevaste para no volver,
ideales inmensos y pequeños,
crepúsculo glacial sin un querer.

A la distancia, solitario
y con la noche empañada
envejece la ilusión engañada,
esclavo de un sueño imaginario.

En la casa de silentes atardeceres
he visto llegar los años del ocaso,
no tienen la alegría de aquel pasado
de inocentes romances y primores.

Así se me va la vida, soñando,
y en la soledad busco el consuelo
en lo que escribe mi pluma
en solitarias noches bajo el cielo.

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