Loca vegetación...
bajo un cielo azulado,
qué hermosa es la naturaleza
de día, y en la noche estrellada.
Con aroma de flores y huertos,
es la tierra madre hecha de colores,
eterna, viva en la aurora,
uniforme y hermosa en el crepúsculo.
Los árboles al borde del lago
dejan caer sus hojas en la ribera,
paisajes que conocen mi vida:
angustias, esperanzas y desengaños.
He caminado con pasos cansados
por esos caminos pedregosos y secos,
gastados por el tiempo y el trajín
de gentes que marchan haciendo huella.
He escrito al desnudo otoño
y a las frías lluvias del invierno,
a los primores de la primavera
y al caluroso estío del verano.
¡Son recuerdos de la tristeza del alma!
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