Inhumana es para Juan Pueblo
Bueno, su vida y su suerte,
su alma se conduele y estremece
no se anima ni pronuncia vocablo.
Solo sabe que tiene necesidades,
hay hambre, dolor y silencio,
esperanzas yertas, sueños olvidados,
impiedad y un triste cansancio.
Su casa, al final de la calle oscura,
la poca luz viene del cielo estrellado,
sus ansias vienen de una honda amargura.
Solo, tristemente solo y abandonado.
Hay un mundo que para él no existe,
lo ve, lo camina pero no le pertenece,
todo está lejano, todo es triste...
siente que no tiene vida, que fenece.
Contempla a su mujer un instante,
la besa, rodea con su brazo su cintura,
es su vida, su amor risueño y latente
que a Juan le hace olvidar su tortura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario