como nunca me arrepiento
de ese tiempo perdido
en ocios de negras noches.
Solo, errando por un mundo
que hoy maldigo y lamento,
son las quejas, el trasfondo
de la falta de talento.
Pocos fueron los frutos
los sueños se los llevó el viento,
equívocos y malos pasos
dejaron un nuevo juramento:
¡Volveré a contemplar
la vida con esperanzas ciertas,
volveré a renacer en el hogar
para reparar las viejas grietas!
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