domingo, 17 de julio de 2016

SONETO AL ADIÓS

Cuando me aproximo al ocaso,
del que nadie escapa, recorro
mi vida que va veloz, como el zorro
tras su presa, solo falta un paso.

para ir al averno o al paraíso,
no existe escape ni socorro,
a paso lento pero seguro
voy como condenado al cadalso;

ya no quedan esperanzas,
la suerte está echada,
voy rumbo al jardín del silencio,

se baten espadas y lanzas
sobre el sepulcro, es la nada,
terminan memorias y el suplicio.



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