la templada noche de primavera,
cielo limpio y calma verdadera.
Veo imágenes, recuerdo su nombre.
Sereno y plácido es el silencio,
los árboles flanquean el caserío
y la huella que conduce al roquerío,
donde nace el acantilado recio.
En la quietud pienso en ella.
¿Necesito, tal vez, una escapada
de amor ligero para olvidarla
y hacer fluir viejo elixir de pasión?
Se levanta nuevamente el viento,
leve llovizna me trae a la realidad,
historia pasada, de amor y felicidad
que tan solo mora en el pensamiento.
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