El campo rodeado de montañas, constituidas por una serie de colinas de suaves pendientes, que subimos para contemplar las puestas de sol.
El río corre limpio y sereno, sus aguas bajan danzando, jugando alegremente. Ora se precipita angosto y rápido, ora se tranquiliza sobre su lecho de piedras, formando arroyos, cuyo musical murmullo hace volar la imaginación.
Las estaciones del año se suceden con precisión matemática. Otoño, deshojándose entre días grises y otros de tibio sol, anunciando las borrascas y lluvias de invierno. Que llega hermoso, frío, húmedo, que no para hasta la llegada de la primavera. Esta viene a reverdecer el paisaje, a llenar de aromas y colores los campos. El señor verano viene con abundancia de aromas de frutas y verduras, son los días cálidos, de ocio bajo un cielo claro.
Todo es alegre en el campo, naturaleza, flora y fauna. Bellos paisajes, laderas de pendiente suave, el follaje baja de las colinas a refrescarse al río. Paraíso que promete tranquilidad, largura de vida, hasta que con los cabellos plateados estemos esperando el adiós definitivo.
En el campo se vive en paz, gozando de una felicidad desconocida para los citadinos.
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